URSS

El socialismo traicionado. Tras el colapso de la Unión Soviética

24 años después de la caída de la URSS, en 1991, persiste el debate sobre las causas del hundimiento del primer estado que intentó construir el socialismo. La versión oficial habla de un sistema incapaz de satisfacer las necesidades de consumo de su población, que se agolpaba en interminables colas en los supermercados, con un estado burocrático e ineficiente, poco democrático. Quienes nacieron tras la caída de la URSS y los países del este se imaginan grandes manifestaciones que acabaron con un régimen odiado por su población… ¿Qué otra cosa si no hace caer los gobiernos? Sin embargo, en 1991 tiene lugar un referéndum masivo en las repúblicas de la URSS, con una pregunta ¿Quieres que siga existiendo la URSS?. El voto afirmativo superó el 70% en casi todos los estados, y en los centroasiáticos el 90%.

La contribución de la Revolución de Octubre y de la Unión Soviética al movimiento obrero en Europa Occidental y más particularmente en Bélgica

Hasta los años 80´s,los dirigentes sindicales alemanes del oeste, entre ellos el casi mítico presidente de la IG-Metall, Otto Brenner, tenían la percepción de que “durante las negociaciones con la patronal, un socio invisible pero sensible estaba siempre presente en la mesa, la RDA (República Democrática Alemana, Alemania Oriental Socialista)”. Un sindicalista alemán escribió “yo no era un seguidor de la RDA. Pero en esa época durante las negociaciones con la patronal había una cierta presión. Existían algunos logros en la RDA: el pago del salario en caso de enfermedad de los niños, ampliación de días de vacaciones pagados, la jornada mensual libre y pagada para las mujeres, las reglas en materia de protección de las madres y los niños, la protección total contra el despido, el pago de horas suplementarias, todo eso tenía un efecto indirecto durante las negociaciones colectivas en la República Federal”.

El papel "olvidado" de la Unión Soviética

Dos años después de su victoria sobre los nazis, el Ejército Rojo se convirtió para los pueblos de Occidente, a causa de la guerra fría, en una amenaza . Seis décadas después, la historiografía francesa, completada su mutación pro estadounidense, calumnia a la Unión Soviética tanto por la fase del pacto germano-soviético como por su "Gran Guerra Patriótica". Nuestros manuales, que equiparan el nazismo y el comunismo, hacen caso omiso a los historiadores de Europa del Este. Pero la investigación original que nutre esta actualización pinta un cuadro bien distinto de la URSS en la Segunda Guerra Mundial.