renta básica

Renta básica: génesis de una idea neoliberal

Aunque los sistemas de renta básica o de impuesto negativo nunca se han aplicado plenamente, el espíritu de estas propuestas ha dominado las políticas sociales europeas en las últimas décadas: reducir el gasto público destinado a la comunidad, garantizando al mismo tiempo ciertos derechos residuales para los más pobres. Por lo tanto, estas políticas acompañan el lento desmantelamiento de los derechos sociales ofreciendo una pequeña compensación por el ahorro logrado en el gasto público. Conocemos los efectos de esta política. La riqueza ha aumentado considerablemente, pero está cada vez peor repartida. De esta manera, la ambición de combatir la desigualdad se ha sustituido por la de luchar contra la pobreza. Sin embargo, más que una mera variación léxica, hemos asistido a una reconfiguración de todo un imaginario político. La pobreza, desconectada de la desigualdad, ya no se concibe como una consecuencia de la distribución desigual de la riqueza. 

¿Qué hacer con la renta básica universal?

Desde principios de los años 80, la idea de una renta básica ha seducido enormemente al espectro político de la izquierda. En treinta años, esta reinvindicación ha ganado popularidad; no solamente ha encontrado apoyos entre figuras tales como Philippe Van Parijs, Ignacio Ramonet, André Gorz, José Bové o Toni Negri, sino que también ha generado un inmenso arsenal de sitios web, redes y colectivos de apoyo y difusión. Después de haber sido objeto recientemente de un referéndum en Suiza e incluso de un dossier de Le Monde diplomatique, la idea ha pasado a primer plano tras la crisis económica.